Criticario Cinematográfico

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Dirigida:  James McTeigue.
Guión: Matthew Sand y Michael Straczynski.


Nota: 3,4

Sinopsis

Raizo es entrenado en un clan desde niño como un asesino ninja. Abandona cuando es adulto buscando su particular venganza en el momento que unos policías comienzan a investigar una serie de hechos perpetrados por estos asesinos ninja. Juntos se enfrentarán al clan y pondrán fin a estas matanzas.

Preámbulo

He de confesar que ardía en curiosidad por ver lo que podía dar de sí un guión escrito en 53 horas. Si bien en los créditos se le atribuye tal demérito a dos personas, en realidad fue ideado por Matthew Sand, y no sé si escrito, y reescrito por Straczynsky a petición de los hermanos Wachowsky (los productores) a seis semanas de iniciarse el rodaje. El por qué Straczynski concluyó en tan poco tiempo el guión es un misterio escondido tras lo que según él era la llamada de socorro de sus amigos.

Entre la filmografía de James McTeigue podemos encontrar el alterne como director o ayudante de dirección en títulos como: Star Wars: El ataque de los Clones, La triología de Matrix, Dark City o Street Fighter; siento V de Vendetta el único film que ha dirigido en solitario.

Crítica (!) 

Ya con la primera escena empezamos con la ronda de clichés. Cómo no. Tiene que dar la casualidad de que el viejo estuviera en el pasado en aquel lugar en el que otro ninja despellejara a tanta peña, y para seguir concatenando casualidades cósmicas, gracias a un defecto de nacimiento tiene el corazón en el lado derecho del pecho, cosa que le impidió morir junto a todos los demás en la matanza, ya que el ninja trató de atravesarle el corazón. Esto, a pesar de que pueda parecer una mamarrachada, es perfectamente cierto: destrocardia o situs inversus.

La primera gran ausencia de la película son las leyes físicas. Pues la escena de desmiembramientos por CANI (cosas afiladas no identificadas), provocan todo tipo de mutilaciones imposibles, teniendo en cuenta que en teoría son lanzadas por un ser humano, pues cosa distinta sería si estuviéramos hablando de aquel lanza-discos que vendían para He-man.


Una vez puestos en faena se nos hace una apuesta argumental dispuesta en dos liíneas diferentes de lo más correcta. Por un lado comprendemos las motivaciones de nuestro prota-ninja en lo que son retazos de su vida desde que entró en el clan de niño y comenzó a ser entrenado. Por el otro se nos plantea una trama policial de investigación nada ingeniosa aunque bastante correcta y lógica, en la que una detective une unos cuantos cabos y trata de investigar sobre la posible existencia de estos asesinos ninja. Mención a parte el McGuffin de la caja con la cinta que la viuda entrega a la detective, en la que ésta verá el rostro del que será su futuro compañero, cosa que podrían haberse evitado pues es totalmente intrascendente.
 

Como parte de la infancia/entremaniento del pequeño ninja, y desde el minuto uno de su aparición, se nos lanzan evidentes señales de que esa niña que le presta atención tendrá algo de relevancia entre el resto, de una forma poco trabajada, casi con prisa. 

La narración de la cinta es en sí muy escueta, y de ello da cuenta la apenas hora y media que dura, evidenciándose que en algunos casos la acción está dilatada para rellenar, como la laxitud de las escenas que tienen que ver con el pasado del ninja, como por la gratuidad de algunas como la del momento exhibición en la habitación. De este modo pronto nos encontramos con el prota-ninja salvando la vida de la detective, a la que quiren matar por meter las narices, y a ambos hullendo hasta encontrarse más o menos atrapados y a la espera de presenciar una masacre por parte de eficientísimos ninjas que no pierden a un sólo miembro mientras se despachan a dispositivos swat (o similar).

Nunca entenderé porqué el típico luchador de élite que se escinde o inicia su guerra personal, siempre resulta ser mejor que todos los demás, pasándose por la quilla a montones (incluso a varios al mismo tiempo) que supuestamente están tan entrenados como él. Síndrome comando en estado puro. En nuestro caso particular lo que además llama la atención es que nuestro amigo sea el único que parece gustarle el uso de esa especie de dos Kama unidos por una cadena, mientras que todos los demás se decantan por las katanas y los shuriken… ¿será porque así puede matar a más gente desde lejos y quitarse personal más rápido?

Nuestro héroe es capaz de recibir no pocos tajazos con katanas, que sin ser entendidos sobre el tema, quien más quien menos sabe que cortan que te cagas, y más si son usadas con tino; y cualquiera que algún día se halla excedido con el deporte bien sabe lo que incapacita una microrrotura muscular, así que no hablemos de una raja de varios centímetros por poco profunda que ésta sea.


Por otro lado, a la hora de ir a por la prota, es el turno del sempiterno masilla becario, en este caso ninja becario, que no puede matarla a la primera porque si no se nos acaba la peli, por lo que tiene que hacer el pardillo pasando para alertarla, a pesar de que se supone que esta gente está preparada para moverse sin ser detectados, y errar para más inri varios intentos de achuchille. More tipical impossible. Para no cejar en este empeño y una vez la detective ha puesto vehículo en marcha, podemos ver qué malos, y casualmente, son todos los ninjas que se obcecan en clavar sus estrellas en el capó del coche, que según la perspeciva, tiene mucha menos superfície que la luna del vehículo –el supuesto objetivo-. Me pregunto cómo es que eran tán hábiles los anteriores contra los soldados y estos tan paquetes.

No contentos con esto, cómo no, gran deus ex machina que nos trae a la prota –dios sabrá qué se dedicó a hacer durante este tiempo- para adivinar donde estaba su nuevo amigo, irrumpiendo sin que nuestro némensis sea capaz de evitar que le de un culazo con el coche e impidiendo el inevitable sacrificio de nuestro prota-ninja.


En fin, que todo el escape se reduce en que finalmente a nuestro amigo en lugar de matarle se lo llevan para ser sacrificado en el dojo, y aquí es donde se produce una de las escenas más jodidas de la película, pues haciendo uso de un localizador-teletransportador, se personan allí por todos los medios instantáneamente, las fuerzas policiales. Eso sí, el aspecto de fortaleza hubicada e una zona rocoso-montañosa con apartente imposible acceso no importa. Eso da igual

Al final el prota mata al malo, osea el falso padre que les enseñaba todos los secretos ninja, y del camelo de la prota detective de que también tiene el corazón en el otro lado, mejor ni hablamos.

Lo mejor (!) 
  • Las coreografías de palos, pese a ser algo oscuras, están muy logradas. Se nota que están bien trabajadas.
  • El movimiento de los ninjas trepando o haciendo acrobacias es muy bueno.
  • La lucha en mitad de la calzada esquivando coches, en especial el salto que se marca el prota entre un coche parado y otro que pasa muy cerca.
  • Es de agradecer que no hayan rociado las intervenciones del tipo con docenas de frases lapidarias. Deduzco que de no contar con Straczynski la realidad sería otra.
Lo peor (!)
  • ¿Por qué la sangre tiene ese comportamiento tan antinatural cuando brota de los cuerpos a cada tajo?
  • La idea del acompasamiento de latidos es muy bella, pero ridícula teniendo en cuenta la cantidad de gente con corazón, a parte de ella, que le rodea.
  • El localizador-teletransportador.
Conclusión y recomendación

Es una mala película, aunque entretenida, que creo que se hizo para aprovechar el tirón del 3d generado por Avatar haciendo que la sangre salpicara al espectador.





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