Criticario Cinematográfico

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Dirigida: Miguel Sapochnik.
Guión: Eric Garcia y Garrett Lerner (Basada en la novela de The Repossession Mambo de Eric Garcia).

Nota: 3,5


Sinopsis

En un futuro cercano una corporación (Union) vende órganos de remplazo prostéticos por grandes cantidades de dinero. Los clientes se ven así hipotecados, no pudiendo en algunos casos pagar los plazos. Un departamento de la propia corporación se encarga de recuperar los órganos, mandando a un recuperador que se ocupa en localizar al moroso, abrirle en canal y extirparle la causa de su deuda. El protagonista, un recuperador (Jude Law), se ve envuelto él mismo en una trama que le empuja a huir junto con una chica para escapar a las garras de Union. 

Crítica (!) 

Tenemos aquí otro de esos ejemplos de un interesante punto de partida con buenas ideas que resultan fatalmente desperdiciadas y conducidas de manera vergonzosa por un reguero de clásicos clichés y surrealismo. Se palpa la falta de presupuesto en algunas escenas de baja manufactura así como por la ausencia de exteriores, pues el 80% del filme transcurre entre paredes.

Rociada de diversas influencias, parece intentar  ahondar en varios espectros sin llegar a profundizar en nada más que en las escenas de lucha, las cuales son más o menos correctas. Muy cruda, casi gore, la inhumanidad de que hacen gala los recuperadores matando sin remordimiento contrasta excesivamente con el tono humorístico, casi cómico, de algunas escenas y sus correspondientes intercambios de palabras. También trata de rasgar la fibra del dramatismo pobremente con escenas que no llegan a calar.

Reconozco que aunque la idea me cautiva, por lo bárbaro y abusurdo que es en sí misma, creo que algo falla. El futuro cuasicontemporáneo que nos muestra el filme no parece tan alejado como para entender como lógico este tipo de asesinato legal, no sólo ya por la falta de moralidad de la corporación y de escrúpulos de los recuperadores, si no por obviar deliberadamente la condena de la ley sobre tales actos, ya que como digo, en otro tipo de futuro más alejado y más claramente deshumanizado podría tener algo de sentido.

A tan sólo 20 minutos ya sabemos perfectamente que el protagonista, a lo Minority Report, será víctima de aquello mismo contra lo que lucha, pasando al bando contrario y necesitando huir para salvar la vida, topándonos pronto con tópicos habituales como el de la mujer que amenaza al marido con el abandono si este no cesa en su actividad.

Cayendo en los más bajos espectros de previsibilidad, desde el momento en el que el prota mira fijamente a la chica que canta sobre el escenario ya sabemos que será su compañera, y un poco más audaces, podríamos llegar a saber que, desde el momento en el que nos hablan del simulador de sueños (Red neural M5), tendrá algún tipo de relevancia futura, pues en estas películas de baja estofa casi ningún trozo de metraje es manufacturado porque sí o con la intención de pasar inadvertido.

Otros detalles a nuestro alcance son por ejemplo, esa escena de la barbacoa en que la mujer del prota sabemos pillará in fraganti al compañero de este en pleno destripe.

Lo del tatuaje, si bien es una buena idea de corte cyberpunk, resulta absurdo al menos de la manera en la que se entiende en la película, pues todo el mundo podría reconocer a un recuperador como lo que es y eso causaría extrañas reacciones ante la gente. Sería como llevar un cartel que pusiera: "Hola, abro gente en canal, les exirpo un órgano y les abandono a una muerte segura". ¿Quién querría llevar un cartel así por muy cierto que fuera y por muy poco que le importase? Parece que el único motivo de hacer gala de tal estigma, no es otro que incentivar la previsibilidad de una escena en la que uno de los fugitivos que le prestan resguardo  dice con cara de maldad infinita: "Dame un solo motivo para que no te mate". El mono debió pensar que esto era un gran momento cinematográfico así como de una gran lógica y consecuente reacción la del interlocutor, que tras la pregunta no sólo no mata al prota aun a sabiendas de que era un recuperador, si no que parece aceptar que ahora es de los suyos y que sus otrora pecados de sangre ya no impiden su entrada en el cielo, como si de una hermandad de seres malditos, o bajo un hechizo perverso se tratase en lugar de simplemente personas.

Uno de los puntos bajos de lógica argumental, y esto lo entenderán aquellos más conocedores del ya mencionado género cyberpunk, y más concretamente de los juegos de rol, es que en lugar de una pérdida de humanidad al reemplazar una parte su cuerpo por un elemento inanimado, el prota se vuelve más humano si cabe, dios sabrá porqué, fruto de alguna razón mística que para el escritor del libro habría de tener algún sentido, ya que independientemente de estas disquisiciones roleras, no parece haber más causa aparente que el simple hecho de compartir algo con esas personas, y sentir empatía hacia ellas sintiéndose ahora de su misma condición, cosa que, en caso de resultar así en la lógica del pensamiento para el recuperador, dudo mucho que con el historial de sangre y tolerancia a la barbarie, llegara a sucederse de facto.

Queda muy mal reflejado el paso del tiempo hasta que el prota tiene el órgano vencido. Si no fuera por la necesaria aclaración de su propia boca del paso de 90 días, nunca podríamos haber especualado esa cantidad de tiempo. Por otro lado, y sin entender a cuanto ascienden los pagos, entiendo que resulta algo absurdo pues si el tipo sigue trabajando, ¿cómo es que no es capaz de llegar a los pagos? ¿Son tan altos que no puede permitírselos? Pero claro, si trabajara a destajo destripando gente sí lo conseguiría gracias a las comisiones... ¿alguien dijo pinzas?

Digamos que a partir de aquí todo transcurre con relativa normalidad, un intento de pasar los códigos de la nueva chorba, otro de obligar al jefe a sacarles del sistema, y otro de huida en el aeropuerto, todos frustrados hasta dar con un antro clandestino en el que ponen o arreglan repuestos, siendo el cirujano una niña de 9 años. No comment, porque pese al ser casi lo más ridículo de la película, no tiene ni gracia, aunque eso sí, ojo, que lo lleva haciendo desde los cuatro años.

Llegamos al punto del enfrentamiento que realmente gana el compañero del prota y que es el punto aprovechado para hacer el empalme de cara al espectador. Pequeña pista de flasbacks hasta el despertar que no resultan tal, más que para constatar  que allí estaba pasando algo. Relativamente interesante, aunque no sé si el conjunto empaña mi juicio.

Cuando todavía resta media hora para la finalización de la película, es cuando empiezan a sucederse los acontecimientos ficticios, cosa que, todo hay que decirlo, distando tanto del final hace que todo sea más creíble y no sospechemos nada. La orgía de sangre y mutilación nos lleva a un extraño pasillo poco iluminado en el que la famosa y descentrada puerta rosa nos conduce a una escena absolutamente absurda y que por suerte, resulta ser falsa. Para mí esto es un gran fallo. Si intentas hacer creer algo a alguien, no puedes amapararte en el absurdo (siempre y cuando tu historia no sea absurda), porque además de que podría sospecharse que lo que sucede no es cierto, muy probablemnte provoque la incredulidad de los espectadores, o más aún, risas, como sucedió en mi caso.

Ejemplos prácticos de este ridículo los son, la manera en la que los guardas no tienen reparo en matar a trabajadores del laboratorio, sí, ése duplicado hasta el infinito con fx mediocres en el que hay gente afinando los órganos o rematando su construcción, en lugar de máquinas en nuestro extraño futuro cuasicontemporáneo. También tenemos la extraña lucha-matanza antes de la puerta, la ya mencionada escenita final, o el cameo de libro que con el mismo nombre que en el que se basa la película, se articula como el resultado de los escritos de nuestro prota. Impresionante.

Una explicación para acabar, en la que vemos el lado humano de quien ha vendido a su amigo, y parece hipotecarse por él para pagarle su sueño permanente. Eso sí, y nos despedimos no sin que descubra el manuscrito y mire al infinito como intentando comprender y dejándonos a nosotros sin saber el porqué de esa escena. ¿Arrepentiento quizá? A estas alturas cualquier sinsentido cabe.

Lo mejor (!) 
  • Los planos de la ciudad que aunque escasos transmiten bien el ambiente de futurismo (para aquellos que esto tenga algún valor claro).
  • La interpretación de Jude Law y Whitaquer, que pese a lo que pudiera parecer por las condiciones, es bastante buena, sobre todo la de éste último.
  • El logotipo de Union.
  • El fugaz detalle de la publicidad en la fachada del colegio.
  • La proyección de la pared que simula un acuario en la habitación del hijo del prota, con sonido de agua y peces pasando (¡hasta un tiburón!) que figura en una de las escenas suprimidas a este lado del charco.
  • Se agradece la referencia a Star Wars, aunque no venga a cuento ni pegue.               
  • Que el prota no logra superar a su compañero y este le caza. Como idea extraida de todo lo demás sienta bien comprender finalmente que el film no recae en el complejo "comando".
  • La canción de la lucha final le va muy bien a la escena.
Lo peor (!)
  • La incoherencia que se palpa por cosas como que es un futuro cercano, a veces cyberpunk, en el que sólo vemos un vehículo (además seguro que sólo uno para todas las escenas) y no es precisamente moderno ni si quiera para nuestros días.
  • La salida de auriculares dentro del oido. Cutre.
  • La niña de 9 años cirujana.
  • Supongo que es simple casualidad, pero encontrar paralelismos entre el final de Brazil y el de Repo Men en cuanto a la imaginación delirante del protagonista es total, incluído el recurso de la mirada al infinito y la cara de pseudofelicidad.
  • Otra de las escenas suprimidas en nuestro país que da pie a no entender a donde llegan tras la operación de la cirujana precoz, ni a saber quien demonios es ese tipo que yace destripado. Seguro que luego venden el blue ray con esas 3 escenas eliminadas. Patético.
Conclusión y recomendación


Es bastante mala. Está construída a base de tópicos y clichés resultando en momentos demasiado previsible. Es entretenida para un rato y para reirse con algunas escenas que en teoría no estan orientadas al humor, aunque no merece la pena pagar por ella. Cuidado los sensibles a las operaciones y la sangre.



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